29/03/2024

Ahorramos con las bombillas

Las bombillas tradicionales, incandescentes, producen más calor que luz. Tienen un mayor consumo que las eficientes o también llamadas bombillas “bajo consumo”.

No es difícil concluir entonces que las bombillas incandescentes deben ser sustituidas por las eficientes, que proporcionan la misma luz, duran ocho veces más que las convencionales y ahorran hasta un 80% de energía.

Ahora, usted dirá: las bombillas eficientes son mucho más caras que las incandescentes. Según estudios, este sobrecoste se amortiza en ocho meses. Una eficiente de 15 W puede ahorrar a lo largo de su vida 68 euros de gasto en electricidad y evitar la emisión de casi media tonelada de CO2.

Pero hay más datos sorprendentes: bastará con cambiar las tres bombillas de mayor consumo de toda la casa para que se reduzca a la mitad el gasto en iluminación. Sí, así de sencillo.

Otra opción son los tubos fluorescentes: su duración es diez veces mayor respecto a las lámparas incandescentes y consumen cuatro veces menos energía. Sin embargo, tienen un problema y es que hay que evitar encenderlas y apagarlas continuamente: si se van a mantener apagadas un tiempo inferior a 20 minutos conviene dejarlas encendidas.

De todos modos, lo más importante de una bombilla, sea cual sea, es su limpieza: se debe quitar el polvo de ellas (y de las tulipas y plafones) para evitar que la suciedad bloquee la luz que emiten.

Se sorprenderá ver cuanto puede ahorrar en su factura de electricidad haciendo caso a estos consejos tan simples.

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